miércoles, 7 de noviembre de 2012

Calexico sin fronteras




Cuando la semana pasada llegó a mis manos el último disco de Calexico, Algiers, la predisposición a escucharlo era muy buena, dados los numerosos elogios que había recibido por parte de la crítica. Su anterior disco, había puesto el listón bastante alto, lleno como estaba de grandes canciones como “Victor Jara’s hands”, “Two silver trees”, “Slowness” o la inmensa “House of Valparaiso”, y aunque las expectativas eran muy altas, las primeras reseñas no dudaban en situar Algiers un peldaño por encima de su predecesor. Mi primera reacción fue pensar en que los críticos estaban exagerando, poco más tarde me picó el gusanillo y ahí se apoderó de mí la impaciencia por hacerme cuanto antes con este último trabajo de los de Tucson para comprobar por mí mismo esta progresión.

Hicieron falta pocos segundos, no sé si llegué al minuto de escucha de “Epic” para reconocer que estaba ante algo grande, muy grande, ¿pero más grande que Carried to dust? “Epic” es una canción que reúne al 100% todos los ingredientes de los mejores Calexico, no obstante, es la canción que sigue la que marca la cima del disco, “Splitter”, uno de esos himnos capaces de encrespar el vello a cualquiera.  “Fortune teller” es uno de esos medios tiempos que tan bien encajan con el registro vocal de Joey Burns, melódico y cálido. El tema homónimo, “Algiers”, de corte instrumental, acentúa el carácter fronterizo de la música de Calexico. “Maybe on Monday” no descuida ni mucho menos la sobresaliente regularidad compositiva que mantiene el disco. “Puerto” es otra de las cumbres de Algiers, con la ayuda a las voces de Jairo Zavala, conocido por Depedro, miembro ya consolidado de la banda que acompaña a Joey Burns y John Convertino. ¡Y qué bien suena esa melodía de guitarra de “Better and better”! Para dejar paso a “No te vayas”, otro tema prácticamente instrumental, con una bonita trompeta que se inclina por un sonido casi jazzístico. “Hush” y “The vanishing mind”, no solo no dejan que decaiga el clímax sino que hacen aún más redondo este disco.

¿Mejor que Carried to dust? Posiblemente, pero ¡qué más da! Lo importante es que Algiers es otro gran disco, disfrutable en su totalidad y lo mejor de todo es que nos brindará la oportunidad de ver a la banda en directo.

lunes, 29 de octubre de 2012

De qué color es el amor. D.E.P. Terry Callier


Ayer, domingo, disfrutábamos de una tarde tranquila en casa, cuando decidí escarbar en mi colección de cds para rescatar algún disco que hacía tiempo que no escuchaba. Me decanté por tres, On and on de Jack Johnson, Game preserve de Bart Davenport y Lookin out de Terry Callier. Como el momento lo pedía, me incliné en primer lugar por el trabajo de más calado jazzístico de la brillante trayectoria del que es uno de mis cantautores favoritos, Terry O. Callier. Su personal forma de cantar, con esa voz aterciopelada y quebradiza en ocasiones, impregnó de inmediato el salón de mi casa. Se creó un clímax tan confortable que cuando terminamos Lookin out, descarté los otros discos y fui a buscar otro álbum del de Chicago, What color is love, para seguir disfrutando de su deliciosa sensibilidad.

Hoy, al entrar al Facebook, me ha sorprendido la triste noticia de su muerte. Por lo visto, fiel como siempre ha sido a llevar con máxima discreción su vida personal, ayer se encontró el cuerpo del genial compositor sin vida en su casa, donde pasó recluido los últimos días de una enfermedad que cuentan que duró tres largos años. Los mismos que han pasado desde su último trabajo de estudio, Hidden conversarions, publicado en 2009, disco que representaba su continua búsqueda por encontrar nuevos lenguajes musicales con los que vestir sus bellas canciones.

Muchas son las canciones de este maestro del folk que tienen un valor especial para mí. La música de Callier ha revestido algunos de los momentos más significativos de mi existencia de un aura melancólica y casi mágica, que hará que recuerde para siempre esos instantes ligados a sus canciones de forma casi indivisible. Este es el caso de la canción “What color is love”, que da título al disco en que aparece y me trae a la memoria esas noches silenciosas de verano frente al mar, sin más luz que la de la luna, en que compartíamos un cigarro, un gin tonic y un largo abrazo, durante el que tratábamos de adivinar cuál era en realidad el color que mejor representaba el amor.

Son cosas personales (y algo ñonas, lo sé) que me incomoda contar, no obstante, quiero pensar que a Terry Callier le habría gustado conocer que su música, de carácter tan intimista, ha acompañado momentos como éste, entre otros también muy especiales en mi vida.

Descanse en paz, gracias por todas esas canciones.


viernes, 26 de octubre de 2012

Susurros en la oscuridad




Iba el otro día tan tranquilo en mi coche, de camino al trabajo a las siete y media de la mañana, por una carretera secundaria oscura, siguiendo la estela de luces que dejaban los coches que me precedían y disfrutando del primer atisbo de luz de la mañana en un horizonte plagado de nubes, cuando, de repente, en uno de los pocos programas de radio que sigo fielmente, Hoy empieza todo, anunciaron lo que llaman el “melocotonazo” de la semana. Era la nueva canción de un grupo que ya me pareció muy interesante  con su disco anterior, Mumford and Sons. La canción empezó a sonar y sin haberla escuchado antes, logró que, mientras conducía, una sensación de cosquilleo me recorriera el cuerpo para poco después acabar a un paso de un estallido de emoción que pocos temas me llevan a alcanzar. Se trataba del segundo corte de su último disco, Babel, que lleva por nombre “Whispers in the dark”.

Su anterior álbum, Sigh no more, es uno de esos casos de éxito masivo que uno no alcanza a entender, no por falta de calidad o de canciones, ni mucho menos, sino más bien porque se mueve dentro de un lenguaje musical que generalmente no suele gozar de las cuotas de fama que esta banda ha llegado a cosechar con un solo disco. Con todas estas circunstancias, la banda se enfrentaba al que suele ser el principal obstáculo de las bandas noveles, el asentamiento de una trayectoria con el segundo trabajo, y de este modo nos topamos cara a cara con este Babel, la respuesta a esta situación.

Quiero pensar que pocos quedarán decepcionados con esta continuación, pues se multiplican todos los aspectos positivos que contenía su primer álbum y se desvanecen los pocos negativos que, a nivel personal, creo que tenía Sigh no more. Así, se consolida una identidad propia que bebe de géneros como rock, el folk e incluso el bluegrass, con una impronta claramente norteamericana (que sorprende bastante por ser originarios de Londres), que dota a canciones como la que nos ocupa o como “I will wait” de un brío inédito hasta ahora, que impulsará a estas composiciones a convertirse en himnos en los directos, dignos de corear en grandes recintos. Mientras que por otro lado, se rompe con cierta linealidad que caracterizaba a su primer álbum, gracias a una asentada madurez en la forma de componer, que solo tiene aquel que ya sabe cuál es su mejor baza y conoce lo que quiere ofrecer a su público.

Todos estos aspectos son evidentes en este disco redondo, escrito con gran pasión y sensibilidad, que encumbrará aún más a este grupo británico de alma norteamericana.

lunes, 27 de agosto de 2012

Algo más bonito


No lo voy a negar, la tenía casi olvidada, pero el otro día abro el Facebook y la página de Anti anunciaba la ya inminente salida de su próximo disco y me vinieron tantos recuerdos… Estoy hablando de la británica Beth Orton, que fue uno de mis amores platónicos durante muchos años. Aún recuerdo el shock que supuso para mí la primera escucha completa de su Trailer park, tan delicado, tan moderno, esa forma tan especial de cantar… me sentí totalmente identificado con todo lo que representaba el disco.

La explosión en España del fenómeno FIB (atención que estoy hablando de los primeros años del festival) hizo posible ver grupos y solistas que nadie hasta la fecha habría imaginado tan siquiera mencionar, y aunque yo era un asistente fiel a este evento y puedo asegurar que le saque provecho al máximo, no me permitió el capricho de disfrutar de la voz de Beth, por mucho que todos los años siguiera casi con enfermiza atención las confirmaciones en cada una de las ediciones. No sería hasta 2003, si no me falla la memoria, que invitaron a la británica al festival, pero justo ese año no pude ir por motivos laborales. ¡Para tirarse de los pelos!

En fin, por aquella época me derretía cada vez que la veía en un videoclip o en una entrevista, o cuando escuchaba su cálida voz, principalmente en sus dos mejores discos, Trailer park o Central reservation, o en el infravaloradísimo Daybreaker. Estos tres discos marcaron una época, llena de recuerdos y de sucesos que indudablemente han marcado mi vida. Tras una época desaparecida, llegó Confort of strangers, que me pareció un buen disco en el momento, pese a que ya nada era igual que en sus predecesores. Alguna bonita colaboración en los discos de su novio Sam Amidon (que bien merece otro post en el blog).

Pero ahora que sé que llega Sugaring season, y tras escuchar de nuevo todos sus anteriores trabajos y disfrutarlos de otra forma más objetiva o, podríamos decir, madura, me da por pensar que Beth Orton podría de nuevo  instalarse en mi vida. De otro modo, mucho más sereno, con un poco de nostalgia, pero siempre adorando la sensibilidad de sus canciones y de su dulce voz.

De momento, dejo el video del primer single de su próximo álbum, “Something more beautiful”, un tema de corte sobrio, con una producción sencilla y contundente, que nos entrega a una Beth Orton afincada en una suerte de soul desgarrador muy similar a aquel en el que se refugió Cat Power no hace mucho. A falta de oír algo más, nos queda saber si todo el disco se impregnará de este sonido o si esta canción será un caso aislado. En cualquier caso, este tema bien merece que estemos de nuevo pendientes de Beth.

jueves, 9 de agosto de 2012

Nueva reconquista de Graná



El primer disco de Grupo de Expertos Solynieve era bueno, pero este segundo lo es aún más. Recorre las mismas sendas que el anterior, pero lo hace más en sintonía con los tiempos que estamos viviendo. Ya no se conforma con reivindicar una forma de vida sin prisas ni agobios, con tiempo para uno mismo, sino que ahora reserva distintos cortes para criticar a aquellos que se empeñan en chuparnos la sangre una y otra vez. Esto se percibe de inmediato en temas como “¿Porqué no te largas de aquí?” y de forma menos marcada en el resto de canciones.

Dentro de El eje de la tierra se esconde uno de los discos más redondos e inspirados de estos últimos años publicado en territorio nacional, donde se funden de forma muy exitosa elementos de distintos géneros como el rock de raíces americanas y el rock de raíces ibéricas, ambos inclinados al sur de las dos localizaciones geográficas. ¡Toma ya!, el sur de los EEUU y el sur de España compartiendo las mismas canciones, la canción pop coral de Cánovas, Rodrigo, Adolfo & Guzmán, o la de Vainica Doble, más presentes en Alegato meridional, todo perfectamente agitado y bien servido por ese “experto” en fusiones en que se está convirtiendo J, que no contento con el éxito cosechado con el flamenco de Los Planetas y el Morente rock de Los Evangelistas, sigue arriesgando y logrando éxitos en su proyecto con Manuel Ferrón, en el que según dice el granaino se siente más a gusto.

También ha habido cambios en la formación, que se ha completado con miembros de Lori Meyers, pero en mi opinión este factor no ha sido demasiado relevante en el excelente resultado final de este disco, que no es sino obra de los inspiradísimos Juan Rodríguez y Manuel Ferrón.

Dejo el video de este himno granadino que es "La nueva reconquista de Graná", de una belleza y una emoción que le dejan a uno conmocionado.



martes, 17 de julio de 2012

¿No es suficiente?


Es realmente complicado escoger una canción entre toda la estupenda colección de discos que han publicado los escoceses Teenage Fanclub durante toda su trayectoria. Hablar de esta banda es hablar de un clásico del pop que con sus canciones han abarcado casi tres décadas musicales, divulgando melodías pluscuamperfectas, potentes riffs del guitarra y juegos vocales marca de la casa.

Tras una primera época marcada por un pop más contundente, propio de los 90, donde se les agrupó junto a otras bandas y solistas como The Posies, Sebadoh, Matthew Sweet, Redd Kross o Velvet Crush, fueron inclinándose por restar algo de electricidad a su sonido y vincularlo de algún modo al folk, sin perder ni un ápice de su identidad.  Para quien escribe estas líneas, unas de las canciones más representativas de este cambio es la que he seleccionado para titular este post, la luminosa “Ain’t that enough”, de su disco Songs of Northern Britain de 1997. Aunque la canción se canta de forma coral, cuenta con todos los elementos comunes que se identifican en las composiciones de Gerard Love, bajista y vocalista de la banda, por el que sin duda siento especial predilección (en breve haré una pequeña referencia a su reciente proyecto Lightships en el blog, porque es de lo mejor que he oído este año). 

Los envolventes coros, la cálida melodía, el ritmo pausado, la personalísima firma pop de Love, justifican más que de sobra que haya elegido esta canción para titular un post a 17 de julio de 2012. Pues “Ain’t that enough” puede ser la canción salvavidas donde resguardarnos de toda la mierda que bancos y políticos están lanzando sobre nuestras vidas. Escúchala una vez más y escapa por unos instantes.


jueves, 14 de junio de 2012

Revolución




Dr. John vuelve a la carga y quién mejor para ayudarle a actualizar su sonido que el hombre de moda en el rock, Dan Auerbach. No contento con el hecho de que la mayoría de sus discos se hayan reeditado recientemente, el veterano músico de Nueva Orleans ha querido imprimir algo más de pulso rítmico a su última obra y ha elegido a la mitad guitarrera de los Black Keys para vitalizar la producción de su aclamado último trabajo, Locked down, sin que necesariamente se rompa la coherencia estilística y conceptual de toda su trayectoria.

En Locked down se esconden numerosas sorpresas, la primera, y más importante, es la heterogeneidad de un disco en el que se concentra la mejor versión de Dr. John practicando todos los géneros que tan bien se le han dado durante su carrera. Ahí queda ese soul de ínfulas rockeras del tema homónimo “Locked down”, o el tremendo “Revolution”, con un sonido vintage y moderno que establece un sólido nexo entre la influencia de la música de este maestro con la de los que podrían ser sus alumnos más aventajados, The Black Keys. También hay tiempo para la vertiente más blues en cortes como “Big shot” o “Kingdom of Izzness”, así como espacio para explorar senderos más funk y rockeros, como ocurre en “Getaway”, “You lie” o “Eleggua” o para transitar por aguas más serenas en “My children, my angels”, pero todo sin dar un solo paso en falso, con la firmeza del chamán que sabe qué ingredientes son necesarios para cocinar un disco tan enorme como este Locked down.

De enorme disfrute, se lo recomiendo sobre todo a aquellos que esperaban algo más de raíces soul en el último disco de The Black Keys.

lunes, 4 de junio de 2012

El hombre más alto sobre la Tierra



Retomo la actividad de este blog, tras un pequeño lapsus de tiempo de aclimatación a todas las novedades que han entrado a formar parte de mis rutinas, mi reciente paternidad, traslado de curro, etc. No obstante, nunca he pensado en abandonar esta costumbre de escribir de vez en cuando sobre la que es una de mis pasiones: la música. Así, que empiezo esta nueva temporada de escritura, haciendo lo mismo que antes, hablar de los grupos, discos o canciones que por una razón u otra me tienen atrapado en este momento o lo han hecho en algún otro momento de mi vida.

Un compositor al que actualmente escucho con devoción es al sueco Kristian Matsson, más conocido como The Tallest Man on Earth, que tras varios discos más que notables, nos entrega en este 2012 el que creo que es su disco más maduro y reposado, There’s no living now. Donde, sin perder la sencillez y la honestidad que le caracteriza, el músico ha querido trabajar más en la producción con el fin de cuidar más los detalles que se esconden tras su voz y sus letras. Y el resultado es el trabajo que le debería consagrar como uno de los mejores cantautores de la escena folk actual.

También habría que destacar la madurez compositiva que destilan cada la una de las canciones de este último trabajo, donde Matsson se ha empleado a fondo con el fin de que temas, como por ejemplo esta bellísima “1904”, sitúen a There’s no living now entre uno de los discos más emotivos de este 2012.

¡Un disco sin desperdicio!

jueves, 29 de marzo de 2012

martes, 27 de marzo de 2012

Huyendo


No sé por qué he tardado tanto en dedicarle una entrada a una de las bandas por las que más admiración siento. The Jayhawks siempre han estado ahí, desde que los descubrí gracias a mi apreciado amigo Paco, una enciclopedia humana de música, cuando me prestó el enorme Tomorrow the green grass allá por el año 1999. Y puedo aseguraros que disfruté este disco como un enano, aquellas dos voces que se complementaban tan bien, ese sonido rock perfectamente actualizado y a la vez respetuoso con la mejor música tradicional americana, y esas canciones… ¡qué canciones!

A continuación, llegaron otros discos como Sound of lies, el irregular Smile o el gigantesco Rainy day music, que aunque ya no contaban con Mark Olson, sin duda eran enormemente disfrutables. El tiempo dedicado a sus nuevos trabajos lo acabé compaginando con la tarea de rescatar los que habían sacado anteriormente a mi descubrimiento, deleitándome especialmente con el genial Hollywood Town Hall, otro de sus discos imprescindibles.

Así, Tomorrow the green grass junto a Hollywood Town Hall y Rainy day music son, en mi opinion, los discos fundamentales para conocer el importante papel que ha desempeñado esta banda dentro del rock americano actual. Aunque canciones como la que nos ocupa o “Blue”, “Miss William Guitar”, “Two hearts”, “Bad time” o “Ann Jane”, entre otras, hacen que sea este álbum el verdadero eje de toda su discografía en torno al que gravitan el resto de discos.

Y perdonadme si no menciono su último disco, Mockingbird time, que aunque no merece estar entre los tres mejores, creo que se ha infravalorado mucho, ya que mantiene una línea más que digna de regularidad durante todo el álbum, incluyendo canciones de auténtico relumbrón como “Hide your colours” o “She walks in so many ways”.

¡Muy grandes!


jueves, 22 de marzo de 2012

Un hombre sensible


¡Qué queréis que os diga! ¡Mister Lowe envejece como el buen whiskey! Sus canciones más recientes nacen de un riguroso proceso de trabajo propio de un artesano de la música, que se dedica en cuerpo y alma a pulir sus composiciones hasta alcanzar la perfección.

No voy a negar que siempre he sentido simpatía por el de Woodchurch, pero mi admiración ha ido en aumento desde que su trayectoria musical se ha ido dejando llevar por su amor hacía la tradición musical americana. Pues desde que allá por el 2001, cuando fichó por el sello independiente Yep Roc, y firmó la carta de intenciones que suponía publicar un disco como The Convincer, Nick no ha tenido reparos en liquidar esta deuda que sentía que tenía pendiente con sus principales influencias musicales.

Si At my age marcaba una cima en su discografía, que coronaba al británico como uno de los más brillantes crooners del rock adulto actual, su reciente The old magic supera sin duda a su predecesor, ya que contiene temas aún más redondos y muestra al autor británico satisfecho de haber materializado sus propósitos en este último disco.

“Stoplight roses”, “Sensitive man”, “I read a lot”, “Restless feeling” o la fragante versión de “The poisoned rose” de su colega Elvis Costello, entre otras, son las muestras más evidentes del estado de gracia en que se encuentra un Nick Lowe, que parece disfrutar a sus 63 años de la música como nunca lo ha hecho.


jueves, 16 de febrero de 2012

Si no yo moriré


Desde que tengo uso de razón, ha habido un conjunto de bandas que me han venido acompañando en todas esas experiencias vitales que finalmente son las que explican cómo uno ha terminado convirtiéndose en lo que es a día de hoy. Se trata de una relación de confianza, sabes que sus discos siempre estarán ahí cuando los necesites, con todo lo que te proporcionan y evocan, además, cuando menos lo esperas, sin previo aviso te entregan nuevo material que aún fortalece más los lazos, para que lo paladees y lo disfrutes lentamente, como si de un suculento manjar se tratara. Algo así pasa con esta maravilla de disco que Lambchop nos ofrece para este 2012 bajo el nombre de Mr. M.

Un disco facturado con la delicadeza del artesano que ama su trabajo más que nada en el mundo y que sabe que aunque no llega a todo el mundo, a aquellos que atrapa los conduce por momentos tan sublimes y catárticos como el que muestra el video que acompaña a esta canción. Este Mr. M, es el tributo que Kurt Wagner ha querido rendir a su admirado y querido amigo, Vic Chesnutt, fallecido en 2009, y no se me ocurre mejor homenaje que éste, puesto que es uno de los trabajos más bellos y melancólicos de la banda de Nashville, y decir eso no es cualquier cosa tratándose de Lambchop, autores de gemas como Nixon, Is a woman, Aw C’mon, No, you C’mon, OH (Ohio)

Desde ya, este disco se ha convertido en la banda sonora perfecta para disfrutar de momentos como el amanecer y el atardecer que contemplo casi todos los días desde el autobús cuando voy y vuelvo del trabajo. Todo un regalo.


viernes, 27 de enero de 2012

Un domingo por la mañana



Quizá haya sido el sueño, quizá haya tenido algo que ver mi reciente paternidad, quizá la luz ámbar que envolvía Madrid a las siete y media de la mañana… no sé porqué me ha sucedido, ¡razones no faltan! Pero esta mañana, en dirección al trabajo, a bordo del silencioso autobús, no he podido evitar emocionarme mientras escuchaba esta canción.

Y no es para menos, pues creo que Wilco nos ha regalado, al final de su último disco, un verdadero diamante en bruto que cuenta con todos los ingredientes para convertirse no solo en un clásico de la banda, sino en la predilecta para todos aquellos que se decantan por la versión más pausada e intimista de las composiciones de Jeff Tweedy, que se vislumbra en temas como “Jesus, etc.”, “At least that’s what you said” o en su último disco, en las excelentes “Sunloathe”  y “Black moon”, que sin embargo no alcanzan la emotividad de la presente.

Uno puede dejarse llevar por belleza de esta canción, donde las guitarras acústicas, los teclados y la susurrante voz de Tweedy, te transportan durante doce minutos mágicos (que pasan casi sin enterarte) a un lugar donde no existe el estrés, ni los empujones en el metro, ni las malas caras del trabajo, ni la crisis, ni los políticos corruptos absueltos o no por la ley, ni los lunes…  ¿Qué sería de mí sin la música?


martes, 17 de enero de 2012

Copenhague


La compositora de Luisiana se ha labrado una trayectoria de tal magnitud que sin duda merece ocupar el trono entre las principales voces femeninas del rock americano. Lucinda se ha convertido en una referencia dentro de este panorama, para cantantes de gran envergadura como Jollie Holland, Eileen Jewell e, incluso, la enorme Dayna Kurtz.

 2011 ha sido un gran año para todos los que adoramos la sedosa voz de la Williams, porque no solo nos ha entregado un gran disco, Blessed, sino que además éste viene acompañado en un edición de lujo con otro buen puñado de canciones extras que hacen las delicias de todos los que, como yo, disfrutamos plenamente de sus canciones.

Para este post podía haber seleccionado cualquier canción de su excelsa discografía, destacando las que se incluyen en discazos como Car wheels on a gravel road, EssenceWorld without tears, que son mis álbumes favoritos, sin embargo, he preferido escoger un tema de su último trabajo para demostrar que la gran dama del rock sigue en plena forma. “Copenhaguen” es uno de los singles de Blessed, quizá la canción más comercial del disco, aunque esto no rebaja ni un ápice de la arrebatadora belleza de este melancólico y emotivo corte, donde la voz de Lucinda conduce a lo sublime.

Dejo a continuación el video del tema, que no desmerece para nada la canción.