jueves, 30 de diciembre de 2010

Dylan Leblanc no pierde el tiempo


Me gusta esta canción, me gusta el disco que la recoge y me gusta el hecho de que haya un joven cantautor muy a tener en cuenta de cara a este 2011, aunque su disco ha aparecido este 2010.

Me gusta la canción porque tiene esa melodía sencilla y pegadiza que le permite a uno escucharla una y otra vez sin cansarse de ella. Además, agradezco mucho el tono optimista que tiene porque le contagia a uno el buen rollo necesario para enfrentarse a estos días con la mejor cara posible. En conclusión, hoy rindo tributo a esta canción en el blog porque últimamente no paro de oírla y me confiere muy buenas sensaciones.

Además de este tema, Paupers field  tiene otros muchos reseñables y de gran nivel, como el inicial “Low” o “If the creek don’t rise”, donde cuenta con la colaboración de la adorada Emmylou Harris. Dylan, con su voz frágil y susurrante,  impregna sus canciones de melancolía y calidez, concibiendo así un repertorio que es perfecto para escuchar a mediatarde, resguardado del frio que hace en la calle.

Escucha y disfruta "If time was for wasting".

miércoles, 29 de diciembre de 2010

El zorro en la nieve


Cuesta mucho escoger una canción de Belle & Sebastian entre tantas buenísimas como tiene, cualquiera de sus discos suele estar constituido por una enorme colección de cortes donde la media es siempre muy alta, generalmente de matrícula. Y he de reconocer, que aunque soy bastante seguidor de esta banda escocesa, me encuentro entre los que opinan que sus mejores discos son los primeros, todos los que sacaron hasta Fold your hands child, you walk like a peasant. Con esto no quiero decir que los que sacaron a partir de este trabajo fuera discos peores, sino que hubo una evolución en el sonido del grupo con el que no terminé de conectar como lo había hecho antes. Ahora, con su último y más irregular álbum, Belle & Sebastian write about love, parece que han querido recuperar el espíritu de sus trabajos previos, pero a pesar de cortes tan enormes como “I didn’t see it coming”, “I want the world to stop” o “Write about love”, no terminan de llegar a la altura de trabajos como Tigermilk o If you’re feeling sinister.

En principio pensé hacer el post acerca de una de mis canciones favoritas en sus conciertos, “Like Dylan in the movies”, pero finalmente me decanté por la también enorme “The fox in the snow”, imagino por la bella imagen que evoca y porque su calidez parece más propicia para los días tan fríos que acompañan.

No podría describir esta canción mejor que como lo hace Paul Whitelaw en su biografía de la banda, Belle and Sebastian. Una historia de rock moderna (Metropolitan Ediciones):

Se trata, en apariencia, de las reflexiones de Stuart Murdoch acerca de una familia de zorros “iluminados con tanta claridad en una noche nevada en los yermos que hay tras el salón”, pero la canción se lanza a versos de una belleza tan indescriptible que trascienden cualquier significado específico y se convierten en algo imposible de definir…


martes, 21 de diciembre de 2010

Sovay


Llueve y llueve, veo desde la ventana de mi oficina como el agua cae cada vez con más fuerza. Todo el mundo parece alborotado porque las vacaciones de Navidad están a la vuelta de la esquina y no voy a tener más remedio que refugiarme del ruido en mis auriculares. Tengo la suerte de poder ponerme música en el trabajo, para mí resulta algo esencial para lograr concentrarme en lo que hago, cuando se trata de trabajo de lectura, creatividad o redacción. Sin embargo, tengo que ser muy cuidadoso en la selección musical, no me vale cualquier disco, una mala elección puede distraerme en mi desempeño laboral. La mejor opción suele ser escuchar jazz, música instrumental o, arriesgándome ya, atreverme con algún disco de folk, pero hoy, no sé muy bien porque razón, quizá por el día tan gris que hacía, me apetecía mucho escuchar el sonido melancólico del violín. Hay muchas opciones de escuchar violines en la breve discografía que he ido compilando en mi oficina, está la música clásica, están los que suelen introducirse en muchas canciones folk o country y luego, por supuesto, está el violín de Andrew Bird, que siempre es una garantía. Llegado a este punto, ha empezado a correr por mi cabeza la melodía de una de sus canciones más mágicas, “Sovay”, de su más celebrado disco, Mysterious Production of Eggs, y sin dudarlo me he lanzado a escuchar este tema, junto al resto del álbum, ¡claro!

Mysterious Production of Eggs es algo más que una compilación de bellos temas, es todo un tributo al arte. Las sugerentes letras, la confortable voz de Andrew y su música evocadora, forman un todo que eleva el pop a una de sus más altas cimas. La hermosa “Sovay” viene precedida de la primera canción del disco, un tema instrumental sin título, donde puntea con precisión y cuidado su querido violín, para introducirnos posteriormente en el tema que nos ocupa e iniciar, así, un “misterioso” y surrealista viaje a través de sus fascinantes sueños.

Adictivo y mágico.

martes, 14 de diciembre de 2010

La pistola de Frankie


Como disco, me gusta más el anterior, Tonight at the Arizona, pero a favor de su homónimo, The Felice Brothers, juega el hecho de que este trabajo tiene temazos de tan gran envergadura como este “Frankie’s gun”. Una canción que representa todo lo que esta banda de hermanos y colegas transmite en directo: rock, espectáculo y buen rollo. De hecho, cuando publicaron este disco, casi de inmediato este tema  pasó a convertirse en uno de los momentos álgidos de sus actuaciones, gracias a sus contagiosos coros taberneros, a la autenticidad que imprime el acordeón y, sobre todo, a la dylaniana carraspera de la voz de Ian Felice.

Siempre recordare el gran concierto que dieron en el Primavera Sound de 2008, donde se mostraron muy animados a pesar de tocar en uno de los peores escenarios del recinto y cuando aun brillaba el sol. Todos estos factores no parecieron importarles y se sacaron de la manga la que para mi seria una de las mejores actuaciones de esta edición, volcándose sobre el escenario –con la banda intercambiando instrumentos, incluso haciendo malabarismos sobre ellos- y con los asistentes o fans que se encontraban bajo el escenario tras su concierto, con los que estuvieron departiendo y compartiendo unas cervezas.

Tras estos dos discos mencionados y uno previo a estos (su debut Through these reins and gone), vino su Yonder is the clock, gran trabajo con el que lograban la mayoría de edad y se acercaban en mayor medida al folk de raíces tradicionales. Tras este álbum vendría lo que espero que no sea el fin del grupo, que es la salida del grupo de Simone Felice para dedicar más tiempo a sus proyectos personales, en el plano musical, The Duke and the King (a quien dedicaremos también un post en breve), y en el plano literario, sus novelas. Lo dicho, espero que en breve empiecen a dar signos de actividad y que Simone participe en ésta.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Cruzando el silencio


Dudaba entre dedicar esta entrada a “Heartbeats” o a “Crosses”, finalmente me decanto por la segunda simplemente porque está compuesta por José González, mientras que la primera es una versión-interpretación (muy muy personalizada) de un tema del dúo de música electrónica The Knife.

La música de José González se basa principalmente en una virtuosa guitarra, una voz bastante versátil y cálida… y silencio. Un silencio que no hace otra cosa que potenciar aún más la música de este cantautor chileno-suizo, logrando toda una victoria de sus melodías sobre el vacío y la pasividad de los oyentes. Quizá esta sea una de las razones por la que su actuación, ya hace algunos años, en Madrid, es la única que recuerdo en la sala Heineken donde el publico guardo completo silencio durante todo el concierto.

Todo esto envuelve a este compositor y sus canciones en una suerte de misterio y espiritualidad que pocos cantautores consiguen actualmente con su música. La poesía de las letras en temas como este “Crosses” o en cualquiera de los cortes de sus dos discos, invita también a la evocación y a esta espiritualidad de la que hablo, despertando sensaciones que no dejan indiferente a nadie que escuche sus canciones con un mínimo de receptividad.

Recomiendo además el documental que habla acerca del día a día de este gran cantautor, The Extraordinary Ordinary Life of José González.