miércoles, 28 de septiembre de 2011

Mejor hombre


No soy de los que reniegan de lo que escucharon en el pasado, creo que no hay nada de lo que renegar. De hecho, hay muchas cosas que oía antes (estoy hablando de hace 20 años, sí, ya tengo mi edad, sí) en mi radiocasete o en mi tocadiscos y ahora siguen sonando en mi iPod con casi la misma frecuencia.

Dicho esto, ya puedo decir que uno de los grupos que permanecen en mis listas de reproducción, son los inquebrantables Pearl Jam, que actualmente está en boca de todo el mundo porque su primer disco cumple 20 años, el mítico Ten, y porque, además, recientemente se ha estrenado un documental, dirigido por el melómano Cameron Crowe, para conmemorar este aniversario. Toda una alegría para seguidores como yo, que siempre les consideró la banda más sólida y de más talento de cuantas aparecieron en el denominado  movimiento grunge (aunque la verdad es que a mí esto de los movimientos me parece una tontería), siempre por delante de otros como Nirvana, que aunque también los disfrutaba, no lo hacía del mismo modo.

Haciendo un repaso de su consolidada trayectoria, cabe distinguir dos periodos, un impactante primer ciclo, donde arrastraron a un gran sector de fans de Nirvana y de rockeros, en general, hacia su música, con canciones más contundentes y orientadas a atraer a ese nuevo público que se estaba formado; y otro periodo ya de consolidación, donde se alejaban más de ese sonido más duro para explorar vías más experimentales dentro del marco del rock, una de las primeras tareas, reivindicar la figura de Neil Young como gran pater de todo lo que se consideraba alternativo, tanto en Seattle como en todos los EEUU. En la transición entre un periodo y otro, se encuentra el que para un servidor es uno de sus mejores discos, Vitalogy, que incluye muchas de mis canciones favoritas de la banda. Que conste que otros discos como Ten, Versus, Pearl Jam, Binaural o Backpacer me parecen todos muy meritorios para estar entre los mejores.

De entre todos los temas, me quedo casi por capricho con este “Better man”, espectacularmente trasladado al directo. ¡Sencillamente brutal!

Y no digo mucho más de Pearl Jam o de Eddie Vedder, al que ya dedicaré una entrada para él solo. Y perdonad que resuma tanto la carrera de esta gran banda, pero es que no me gusta enrollarme mucho


jueves, 15 de septiembre de 2011

El camino


No podía ser más explícito el título del último disco de este cantautor de Denver, We’re fucked, con la que está cayendo en todo el mundo. Y no es de extrañar que haya optado por un título tan directo cuando uno escucha su música y percibe que Nathan Amundson, artista que se encuentra tras el seudónimo Rivulets, siempre escoge el camino más recto para mostrarnos sus canciones, generalmente con voz y guitarra, lo más desnudas posible.

Tampoco es de extrañar que, con una propuesta tan minimalista y de tanta sensibilidad como la de Rivulets, sus primeros discos estuvieran publicados en el sello que dirigen algunos de los miembros de los geniales Low. O que en ocasiones los mismísimos Alan Sparhawk y Mimi Parker se hayan prestado a acompañar en el estudio a este cantautor, consiguiendo que canciones como ésta que vamos a oír, alcancen la misma sensación de aislamiento y de belleza que la que alcanzan con cada uno de los discos de su propia banda.

En todo caso, la música de este minimalista compositor sin duda merece ser disfrutada con máxima atención, por la honestidad y la sensibilidad que contienen sus letras y sobre todo por “el camino” que tiende a quien comparte su personal forma de contemplar el mundo, con el fin de hacerle partícipe de las mismas emociones y las mismas vivencias.

Luego están los que, como yo, hoy se han despertado con mal pie y agradecen que en el ipod haya un disco como We’re fucked donde refugiarse y buscar un poco de sentido a las cosas.