miércoles, 26 de enero de 2011

Los himnos del blanco invierno



La banda de Robin Pecknold canta como los ángeles. No es que sea religioso, no hace falta serlo para hacer esta apreciación cuando uno escucha coros tan bien ensamblados y tan bonitos como los que contiene el disco de los Fleet Foxes (que para este 2011 parece que tendrá continuación).

Para aquellos que disfrutamos de las buenas canciones en el sentido más clásico, el éxito de Fleet Foxes ha sido una grata noticia, sobre todo porque radica en once canciones y una puesta en escena donde, sin introducir demasiados elementos novedosos, se funde lo mejor del folk y el rock clásico, facturado con una deliciosa sensibilidad.

Para esta entrada del blog podría haber elegido cualquier canción del disco, no hay ninguna por debajo de otra y todas nos guían a través de una extraordinaria travesía, llena de bellísimas armonías, música cálida y exuberantes voces que le trasladan a uno a un paisaje lleno de montañas; campos verdes, incluso nevados; llanuras; noches a la intemperie con una buena hoguera…

En conclusión, Fleet Foxes es el disco perfecto para escuchar lo que resta del invierno.


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