viernes, 12 de noviembre de 2010

Cuando acaba el día


Ayer fue uno de esos días en que las cosas se tuercen y el día parece que no acaba nunca. Incluso cuando llegué, bastante tarde ya, al remanso de paz que generalmente es mi casa, el día, con todos los vaivenes y despropósitos que fui compilando durante la jornada, se resistía a acabar y mi cabeza, por tanto, también se negaba a relajars. ¡Mal asunto!

En ese momento, un poco desanimado y cansado, me decidí por buscar consuelo o refugio en la música, y revolviendo entre mis discos encontré uno de los clásicos para este tipo de días, el Five leaves left del genial Nick Drake. Poca cosa contaré de este malogrado cantautor, salvo que a la altura de la cuarta canción que sonaba del disco, la maravillosa “Day is done”, me di cuenta de que por fin había encontrando lo que andaba buscando para aislarme y resguardarme de ese aborrecible malestar. Y allí me quedé, escuchando la frágil y melancólica voz de Nick, escoltada por su fiel guitarra y unos hermosos violines, y, esta vez sí, encontré un poco de calma y de sentido a todo lo que me rondaba por la cabeza.

Cuando acaba el día,
abajo en la tierra se hunde el sol
con todo lo que se perdió y se ganó.
Cuando se acaba el día.

Cuando se acaba el día,
espero que de verdad hayas corrido todo lo que tenías que correr,
porque descubrirás que se disparó el arma
y tendrás que volver dónde empezaste.
Cuando se acabe el día…
                     Nick Drake

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