Esta mañana venía leyendo Aruku Hito en el metro, de Jiro Taniguchi, uno de los dibujantes más grandes que ha parido la novela gráfica. El principal cometido de la trama de este libro es mostrarnos todas esas pequeñas cosas de la vida diaria que pueden ser fantásticas si te muestras receptivo hacia ellas. Pues bien, durante el trayecto he hecho un paréntesis para buscar un disco que acompañara la lectura y ahí estaba el primer trabajo en solitario de uno de mis compositores de cabecera, Neil Halstead, el mejor cómplice posible en el que uno podría pensar para seguir con la historia que tenía entre manos.
Luego me di cuenta de que Sleeping on roads es una más de esas pequeñas cosas de las que habla el libro, una de esas que hace que todo recobre sentido, un fantástico amanecer desde el autobús, la lectura en el metro, el paseo hasta la oficina… y por supuesto ese disco que te pone de buen humor y te abre los ojos a todo esto de lo que hablamos. Por eso este disco es tan importante para mí, puesto que todas sus canciones me dan una perspectiva diferente de todo lo que ocurre alrededor, más calmada y contemplativa, como la del que está en tránsito de forma permanente por lo que sucede en cada una de las horas del día.
Y es que Sleeping on roads es un álbum de origen viajero, creado por y para los viajes. Desde la referencia en el título, como en los nombres de algunas canciones o directamente en las letras, se capta ese espíritu transitorio de quien está siempre en movimiento, bien viajando o viviendo cada momento, pero siempre con esa actitud receptiva de la que hablaba antes, del que camina con los ojos bien abiertos para disfrutar de las sensaciones que acompañan a cada una de las cosas que pasan en nuestra vida.
Sin duda, los discos de Halstead, en solitario, en Mojave 3 o en Slowdive, son buenos compañeros para cualquier viaje. Os recomiendo la lectura de Aruku Hito o de El caminante mientras escucháis este álbum o directamente esta canción que sigue.